PSICOM: Desarrollo con didácticas y metodologías innovadoras

Durante mucho tiempo, la didáctica del movimiento estuvo representada y lamentablemente en algunos casos, también fue concebida como un conjunto de instrucciones algorítmicamente organizadas para alcanzar diferentes objetivos de movimiento.

Los efectos tangibles de una práctica motora en sentido estricto sobre el aparato locomotor consolidaron, además, esta concepción reduccionista incluso entre muchos profesionales del sector. Esta visión no solo privó a la didáctica de las actividades motoras de su potencial formativo, sino que también dio lugar a que en el seno de las instituciones escolares sea considerada como un instrumento educativo complementario y muchas veces accesorio. Su característica “práctica” ha prevalecido en la definición de su esencia, por lo cual existieron generaciones de niños que se han visto privadas del valor formativo agregado, que aquí proponemos recuperar.

Este trabajo pretende ser testimonio de nuestra profunda convicción: durante el transcurso de la edad evolutiva, la actividad lúdico-psico-cognitiva-motriz debería concebirse como un complejo instrumento didactico para el pleno desarrollo cognitivo del niño.

A nuestro entender, la connotación multidisciplinaria implícita en la epistemología del sistema PSICOM, favorece la superación de la contraposición maniquea entre conocimiento y experiencia, entre saber y saber hacer.

Esta posición, en la actualidad ampliamente compartida por las neurociencias, según la cual el “experimentar” y el “explicar” (Guidano V.F., 1990) son categorías del conocimiento ligadas por dinámicas circulares y reciprocas, se concreta plenamente en la aplicación del sistema PSICOM.

Por lo tanto y de acuerdo con dicha posición, el sistema educativo PSICOM toma en cuenta tanto los aspectos digitales del funcionamiento del cerebro como las instancias referidas a la dimensión analógica y tácita del conocimiento.

En este sistema, los componentes del conocimiento se funden funcional y armónicamente, confluyendo en un enfoque didáctico que le permite al niño experimentar con su cuerpo en contexto y así adquirir el conocimiento del mismo.

Evolución y desarrollo motor


La historia evolutiva del hombre nos relata que el movimiento ha tenido un rol fundamental en nuestra transformación hacia el sapiens.

Gracias al movimiento, nuestros antepasados pudieron explorar el mundo que los rodeaba y el enfrentarse a los límites que su motricidad les imponía, generó los presupuestos motivacionales para la ampliación de las posibilidades de movimiento. Para alcanzar lugares inaccesibles del espacio circundante, para moverse de un lugar a otro más lejano, el hombre enfrentó la necesidad de recorrer grandes distancias y por consiguiente, la necesidad de concebir otras formas de moverse que le permitieran superar los límites de su motricidad.

Utilizar instrumentos para alcanzar los alimentos (por ej. los frutos fuera de su alcance), viajar sobre el dorso de animales para desplazarse hacia tierras más generosas, son ejemplos muy diferentes de cómo el hombre supo ampliar su radio de acción.

Cada vez que afrontó una experiencia que requería un comportamiento motor nuevo, tuvo que exponerse a adaptaciones posturales y motoras que generaron no sólo aferencias neuromusculares inéditas hasta ese momento, sino que también produjeron una gradual ampliación de las posibilidades motoras y progresivas modificaciones de la corteza cerebral.

Si el estudio de la filogénesis del movimiento puede entonces brindarnos informaciones sobre la historia del hombre moderno, el estudio del desarrollo motor del individuo puede orientarnos en la elaboración de las metodologías educativas.

Las teorías sobre el desarrollo motor que se han sucedido durante el siglo XX son muchas. Entre las principales, es posible enumerar:

  1. El modelo Neuromaduracionista o Madurativo, desarrollado por A. L. Gesell a mediados de los años ’20, que consideraba el desarrollo motor como un proceso determinado genéticamente.
  2. El modelo de Piaget, surgido en los años ’50, que consideraba que las actividades sensoriales y motrices del niño condicionan su desarrollo mental.
  3. El modelo Filogenético, según el cual, el desarrollo motor del individuo atravesaría las etapas de la filogénesis.
  4. Los modelos Sistémicos, en boga durante los años ’60, según los cuales, el desarrollo motor sería el producto de dinámicas entre los diferentes sistemas funcionales (incluso externos al individuo).
  5. Los modelos de la Elaboración de la Información, desarrollados durante los años 70, luego de la afirmación de la cibernética. Según estos modelos, el desarrollo motor está relacionado a la capacidad de concebir y aplicar progresivamente “programas motores” de complejidad creciente.
  6. El modelo de los Sistemas dinámicos, surgido en los años 80, el cual coloca las condiciones del desarrollo motor en una variedad de factores, en su mayoría ambientales y limita el rol de los factores genéticos.
  7. Una teoría muy interesante sobre el desarrollo motor está comprendida en la Teoría de la selección de los grupos neuronales (conocida como “darwinismo neuronal”) [Edelman, 1987]. En esta teoría, el modelo de los sistemas dinámicos se concilia de forma muy convincente con el modelo de la maduración del sistema nervioso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

− 6 = 2

Twitter
YouTube
LinkedIn
Instagram